Factores que intervienen en el presupuesto de una reforma

Hacer una reforma, ya sea un domicilio particular o en un local comercial, es siempre una buena oportunidad para mejorar un espacio y sacarle el mayor provecho posible. El objetivo puede ser disfrutarlo uno mismo o revalorizarlo para que sea más atractivo en el mercado inmobiliario. Independientemente de ello, siempre se suele recomendar a profesionales para conseguir un resultado óptimo.

Además, aunque a veces pueda parecer lo contrario, recurrir a una empresa especializada nos puede llevar a ahorrar dinero, sobre todo a largo plazo, ya que puedes contar con la seguridad de que el trabajo se ha hecho con pericia y no se necesitarán retoques en mucha tiempo.

El dinero, como casi siempre, es un factor clave

Lógicamente, el dinero es siempre uno de los elementos clave a la hora de ejecutar una forma. Los materiales a utilizar van a determinar el presupuesto inicial de la obra, ya que hoy en día el mercado es lo suficientemente amplio como para poder hacer un lavado de cara de la vivienda o local ajustándose a todos los bolsillos. De esta manera, mobiliario, electrodomésticos, elementos de decoración, aparatos de electrónica, seguridad y un largo etcétera van a determinar buena parte del montante final. Puede tratarse de una reforma que apenas requiera mano de obra, pero si el upgrade de materiales es muy alto, el precio se puede llegar a disparar.

En ese sentido, siempre es importante hacer una planificación clara donde se especifique cuáles son los materiales que realmente van a ofrecer una mejora inmediata al espacio, y no dejarse llevar por las modas pasajeras o los caprichos. Para ello, establecer unas prioridades es crucial, especialmente teniendo en cuenta quién habita o utiliza el espacio, o qué clientes potenciales se conseguir en caso de que se va a alquilar o vender.

Así mismo, aunque parezca un detalle sin importancia, al acometer una reforma es importante contar con los permisos de obra. Si eso significa contratar a alguien profesional para que se encargue de todos los procesos y tenga un amplio bagaje en ese campo, no hay problema, eso es mucho peor que exponerse a las numerosas sanciones reguladores que podrían sufrirse en caso de no acogerse a la legalidad vigente.

También es muy importante en el tema de los presupuestos que la empresa a la que se lo encargamos sepa ajustarse a lo establecido inicialmente. Es lógico que, en un momento dado, puedan aparecer «sorpresas» que dilaten en el tiempo la conclusión de la obra, pero siempre dentro de unos plazos razonables. Lo que no tiene sentido es que nos preparemos para una reforma en términos de tiempo y dinero para que luego vayan surgiendo imprevistos que alarguen en exceso la finalización de la reforma y disparen el coste final.

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